Tratamientos Pregerminativos para Especies Tropicales del Bosque SecoTropical 

 

Ing. Fo. M . de los Ang. Molina Artavia
Sub-Dir. de Restauración y Silvicultura, ACG.

El Bosque Seco Tropical es uno de los ecosistemas neotropicales más amenazados actualmente. La deforestación con fines agrícolas y ganaderos son tan sólo algunas de las principales causas de su desaparición y alteración a lo largo de su distribución geográfica, que alrededor del año 1500 d.C. cubría desde el sur de Sonora, en México, hasta la península de Nicoya, en el norte de Costa Rica, a lo largo de la vertiente del Pacífico. Actualmente se calcula que queda un poco más del 1% de su distribución original, con una mínima parte protegida en reservas biológicas

El bosque seco tropical se caracteriza por ser un ecosistema marcadamente estacional, donde se presenta una época seca (sin lluvias) de 6 meses, y otra lluviosa, de 6 meses también,

Bosque Seco Tropical, Cañón del Tigre, Sector Santa Rosa, ACG.
Foto 1 / Marielos Molina. 

aproximadamente, con una precipitación de 700 mm a 1500 mm. Las plantas han adaptado sus mecanismos fisiológicos para superar la época seca, y la escasa disponibilidad de agua.

Según Janzen, en los potreros en regeneración del Parque Nacional Santa Rosa es muy claro que el 70% de las primeras especies en colonizar un sitio, cuando el fuego es eliminado, poseen semillas que se dispersan por el viento, por ejemplo: caoba (Swietenia macrophylla), yayo (Rehdera trinervis), ateleia (Ateleia herbert-smithii), cocobolo (Dalbergia retusa), acosmium (Acosmium panamensis), guácimo molenillo (Luehea speciosa), chaperno (Lonchocarpus spp.), y otras especies de menor tamaño, por ejemplo: poro-poro (Cochlospermum vitifolium), y guácharo (Hemiangium excelsum). Lo que representan en la vegetación arbórea el 95% de los individuos.

Sin embargo, de las 215 especies de la flora de Santa Rosa que son árboles suficientemente grandes para ser maderables o usados como leña, solamente el 25% son dispersadas por viento.

Un factor importantísimo en la composición del bosque seco tropical, cuando su dinámica no ha sido interrumpida por las constantes chapias y quemas, es la fauna. La dispersión por animales puede ser de muchas modalidades, y de mayor riqueza en la composición florística que cuando solamente interviene el viento.

Las notas anteriores, aunque la restauración del bosque seco no es precisamente el tema que nos ocupa en este momento, son importantes para tener un marco de referencia más claro con respecto al tipo de semillas que nos podremos encontrar en este ambiente, y a sus posibles tratamientos pregerminativos. El estudio y análisis de la naturaleza y su dinámica, así como de la respuesta natural a diferentes tipos de intervención humana son la clave para el éxito de proyectos forestales, desde el establecimiento de viveros, hasta el cultivo de árboles en diferentes escalas.

En el bosque seco por suerte no encontramos grandes dificultades para la obtención de semillas, ya que la producción de las mismas (especialmente las de especies maderables valiosas) se concentra en la época seca, o sea, en la primera mitad del año. Lo que sí es realmente difícil es obtener semilla proveniente de árboles de excelentes condiciones fenotípicas y genotípicas, ya que esta región fue sobreexplotada por cientos de años, extrayendo selectivamente la madera de mejor calidad, por lo que en la mayoría de las ocasiones no queda más que seleccionar árboles de condiciones que van de regulares a buenas.

Queda por delante una ardua labor en el campo del mejoramiento genético. Hasta el momento se han logrado dar los primeros pasos en el caso de pochote (Bombacopsis quinata), única especie nativa que cuenta en el momento con el establecimiento de un huerto clonal en la Estación Experimental Enrique Jiménez Núñez, en Cañas, y una réplica en condiciones mejoradas en la Estación Experimental Forestal Horizontes, del Area de Conservación Guanacaste (ACG).

Otra ventaja es que no se hace necesario "escalar" grandes árboles para obtener las semillas, ya que los árboles del bosque seco son más bien pequeños (de hasta 20 m o 35 m), con la característica de que muchos de los frutos pueden recolectarse directamente del suelo, en el entendido de que la recolección debe hacerse apenas la cosecha cae, ya que de lo contrario los frutos y semillas estarían siendo depredados tanto por animales silvestres como por ganado, además de que algunas especies son atacadas fuertemente por insectos, como es el caso del cenízaro (Pithecellobium saman).

Por lo general es suficiente contar con podadoras de extensión, y en algunos casos con escaleras (preferiblemente de aluminio y acoplables). Como una buena cantidad de las especies de interés forestal son dispersadas por el viento, es muy importante conocer la fenología de cada una de ellas, para hacer la recolección en el momento en que los frutos muestren las primeras señales de dehiscencia, especialmente en especies como caoba, pochote, y las Tabebuias.

Una vez colectadas, es necesario separar las semillas de los frutos, ya que muchos de ellos son carnosos, y se pueden ocasionar problemas de fermentación, pudrición, y proliferación de insectos y hongos. Deben de procesarse cada una según sus características, y posteriormente almacenarse en recipientes limpios, secos y bien cerrados para evitar la entrada de insectos, preferiblemente donde no estén en contacto con la luz solar.

Los mejores resultados se obtienen cuando se utiliza semilla fresca. Algunas especies, las de testa dura, como guapinol, guanacaste, cenízaro y tempisque, pueden ser almacenadas durante varios años, manteniendo una alta capacidad de germinación, pero no así las de testa delgada, especialmente las Tabebuias, que se mantienen latentes durante muy poco tiempo. Dependiendo de lo anterior, es básicamente que se clasifican las semillas para proporcionarles el tratamiento germinativo más adecuado que permita tanto uniformizar la germinación como elevar considerablemente su porcentaje.

Casi todas las especies que se ha propagado en el vivero de la Estación Experimental Forestal Horizontes tienen un tamaño considerable como para no tener que producirlas empleando camas de germinación. Recientemente se preparó un documento denominado: "Descripción y viverización de 14 especies forestales nativas del Bosque Seco Tropical", preparado por el personal técnico de la Sub-Dirección de Restauración y Silvicultura del Area de Conservación Guanacaste, en el cual se realiza una descripción detallada de cada especie, y lo más importante, se explica con detalle todo el proceso de viverización a partir de la experiencia de 7 años de investigación de las especies nativas de esta zona de vida. El documento se encuentra en los procesos últimos de edición, y esperamos que en muy poco tiempo se constituya en un aporte y herramienta para todas aquellas personas interesadas en la producción de árboles de especies nativas.

Semillas de especies maderables del Bosque Seco Tropical.
Foto 2 / Marielos Molina.

Por lo anterior no se entra en mucho detalle con respecto a cada una de las especies, y solamente se agrupan los tratamientos pregerminativos más importantes de la siguiente manera:

1. Ninguno. Especies como cedro (Cedrela odorata), guachipelín (Diphysa robinioides) y las tres especies de Tabebuias presentes en la zona: roble de sabana (T. rosea), cortéz amarillo (T. ochraceae) y cortéz negro (T. impetiginosa), no requieren de tratamiento pregerminativo alguno. Se caracterizan todas por poseer una testa sumamente delgada.

Lo conveniente es utilizar semilla fresca, ya que el almacenamiento en estas especies no garantiza la viabilidad de las semillas.
2. Remojo en agua a temperatura ambiente. Algunas especies reaccionan perfectamente cuando son rehidratadas dejándolas en agua desde la noche anterior a la siembra, este es el caso

de la caoba (a la que debe quitársele la envoltura alada corchosa que la contiene), y también de cocobolo. Con este tratamiento las semillas se hinchan y se produce rápidamente la aparición de la radícula.

3. Inmersión en agua hirviendo. Cuando la testa es dura, como en guanacaste, cenízaro, tempisque (Sideroxylum capiri) , y guayacán real (Guaiacum sanctum), lo mejor es pasarlas por un baño de agua hirviendo, de la siguiente manera: cuando el agua está hirviendo, se retira del fuego y se sumergen las semillas en ella, dejándolas hasta que el agua enfríe por sí misma; luego es conveniente cambiar el agua por agua fresca. Con este proceso las semillas se hinchan y descascaran, con lo que absorven agua e inicia el proceso de germinación, por lo que las semillas deben ser sembradas seguidamente.

4. Escarificación. En el caso de guapinol (Hymenaea courbaril), con una testa de las más duras, el tratamiento que ha dado el mejor resultado es el de hacer con una lima una rayadura a la semilla, dejando al descubierto el embrión, pero con cuidado de no dañarlo, lo que permite la entrada de agua y el consiguiente proceso de hinchamiento e inicio de la germinación. Como norma general debe en todos los casos considerarse lo siguiente: extraer las semillas del fruto y eliminar todo arilo o material harinoso o gomoso que pueda estar envolviéndolas, guardarlas limpias y secas en recipientes cerrados, evitando el ataque de roedores o insectos.

A la hora de la siembra en el vivero debe colocarse siembre el punto por donde emerge la radícula hacia la tierra, y deben ser enterradas hasta la mitad de su diámetro, o cubiertas ligeramente con tierra, ya que de lo contrario las semillas pueden no germinar, o bien ahogarse por un sustrato muy compactado.

Semillas de Guanacaste (Enterolobiun cyclocarpun ).
Foto 3 / Marielos Molina. 


1- Ceballos G. Gerardo. " Convenio de Cooperación e Intercambio: La Reserva de Biosfera Chamela Cuixmala, México y el Area de Conservación Guanacaste, Costa Rica". 1995.

2- Janzen H., Daniel. "El Crecimiento y la regeneración del Bosque seco natural en el Parque Nacional Santa Rosa". 1987.

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